La
técnica de eddy covariance permite
la medición continua y no destructiva de flujos de carbono a corto
(media hora) y largo plazo (interanuales), y es utilizada
actualmente para la integración del Balance Neto de Carbono del
Ecosistema (BNCE) a escalas continental y global. Eddy
covariance se basa en la interpretación de la covarianza entre un
viento turbulento (en la dirección normal a la superficie) y las
concentraciones de un constituyente (como el CO2)
como un flujo hacia o desde la superficie de interés.
La
estimación de BCNE basada en medidas con eddy covariance no resulta
una tarea obvia. Los datos,
recolectados a 10Hz, hay que promediarlos para media hora y
realizar:
a)
análisis de “footprint” para ver la zona en la que está
midiendo la torre;
b)
rotación de coordenadas para corregir la pendiente;
c)
una comparación estadística de la turbulencia integral con límites
establecidos para una turbulencia homogénea;
d)
descomposición de multiresolución, o análisis de Ogive, para
examinar la sensibilidad de la covarianza a la longitud del
periodo en que se promedian los datos;
e)
análisis de relleno de periodos con huecos de datos;
f)
cálculo del balance de carbono y
g)
descomposición de BNCE en sus componentes principales, la
asimilación de carbono (productividad primara bruta, PPB) y la
respiración del ecosistema (RE).
Por
ello resulta esencial que los distintos grupos españoles que
utilizan esta técnica trabajen de forma conjunta y coordinada,
estableciendo los mejores protocolos para el tratamiento de datos de
forma armonizada, y, de este modo, no acabar con diferentes
estimaciones del BNCE anual en función de distintos métodos de
procesado de datos.
La descomposición de BNCE en PPB y RE es esencial para entender los
procesos que afectan a BNCE.
Para
entender los procesos por
los que BNCE varía a escalas diurnas, estacionales y anuales es
necesario disponer de datos
complementarios sobre variables ambientales (como radiación,
temperatura disponibilidad
de agua entre otros), bióticas
(biomasa aérea y subterránea, o índice de área foliar entre
otros) y edáficas (como
tipo y textura de suelo o contenido de carbono).
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